IQUIQUE
La Provincia de Tarapacá se extiende aproximadamente desde los 17 grados 30’ y 21 grados 30’ latitud sur. La superficie es de 58.072,70 km², representa un 7,67 % del total del territorio chileno, excluyendo la Antártica, y es sólo 200 km2 más pequeña que toda la República de Croacia.
Durante la dominación española, la región de Tarapacá pertenecía a la jurisdicción de la Intendencia de Arequipa. Con la independencia del Perú se produjeron cambios políticos y administrativos, Tarapacá fue denominada Provincia del Departamento de Arequipa. A fines de 1868, con la creación del Departamento de Tacna, Tarapacá fue adscrita a él. En 1877 se le otorgó la categoría de Departamento, lo que no se logró ratificar en el Congreso Nacional con motivo de la inminente guerra. En 1883 con el tratado de Ancón, que puso término a la Guerra del Pacífico, la región pasó a manos de Chile con el nombre de Provincia de Tarapacá.GEOGRAFÍA
En su relieve se distinguen las tres fajas longitudinales del territorio nacional, estas son: Cordillera de la Costa, Depresión intermedia y Cordillera de los Andes.
La primera faja comienza en la orilla del Océano Pacífico, formada por playas y limitada por cerros escarpados, denominada Cordillera de la Costa. Se alza abruptamente e impide el paso de las influencias marinas hacia el interior, lo que dificulta las comunicaciones. Las planicies del litoral de la región se han aprovechado para la construcción de ciudades y puertos. Al interior el relieve desciende suavemente. Al extenderse hacia el Este presenta pampas algunas de las cuales constituyen salares. En esta zona se encuentran depósitos de guano de diversos espesores y asientos mineros. En el contacto de la vertiente oriental de la Cordillera de la Costa y de la Depresión intermedia se localizan los terrenos salitrales.
La Depresión intermedia es una elevada meseta con alturas que fluctúan entre los 1.000 a 2.500 m. cortada por una serie de quebradas que son cauces profundos originados por la erosión fluvial. Las quebradas separan secciones que reciben el nombre de Pampas, la más extensa es la del Tamarugal que forma una llanura con una depresión central.
El nombre lo recibe por los árboles llamados tamarugos que crecieron silvestres gracias a las avenidas periódicas de las quebradas que desembocan en ellas y de las corrientes subterráneas que la atraviesan de Este a Oeste. En el Siglo XIX la zona fue el centro de las primeras industrias europeas en Tarapacá, como fueron la fabricación de la pólvora, beneficios de minerales y especialmente la elaboración del salitre.
La Cordillera de los Andes es alta maciza, compacta y volcánica, con alturas que superan los 6.000 m.
El clima de esta provincia es desértico cálido, sin embargo la altura, la disposición del relieve y la proximidad del mar dan lugar a diversas gamas climáticas. El clima desértico de la Provincia reduce la vegetación a las áreas de mayor humedad. En la costa, la acción de la camanchaca permite el crecimiento de cactus y en el interior los cursos de agua nacidos en la Cordillera posibilitan la existencia de una vegetación más variada.
Hidrografía.- Los cursos de agua son torrentes de poco caudal, nacidos de los deshielos de la Cordillera y que, en su gran mayoría, no alcanzan a llegar al mar, o lo hacen solamente en una época del año.
Durante la primera época del dominio español en el Pacífico, se conoció a Iquique como un punto de recalada para internarse hacia el pueblo de San Lorenzo de Tarapacá, sede de la jurisdicción política y administrativa de la Provincia desde el año 1768; conocido además como un centro estratégico de operaciones militares.
Durante el siglo XVIII Iquique bajo el dominio peruano, era una simple caleta en la que se situaba una pequeña población conformada por indios changos y negros africanos, que habitaban en destartaladas chozas. Casi todos eran mariscadores y pescadores, algunos se dedicaban al embarque de los minerales de plata, otros viajaban a Pisagua para traer agua dulce, elemento del que carecía la caleta, y también se dedicaban a la extracción del guano de la isla denominada inicialmente de Iquique, luego de Quadros y posteriormente Serrano. Posiblemente surgieron en el lugar las primeras casas.
La caída del poder español en el Perú trajo como consecuencia la paralización de las actividades en muchos minerales. Los trabajadores de Huantajaya y de otras minas se avecindaron en la caleta de Iquique. Peruanos, mestizos y negros improvisaron sus chozas frente al mar.
Un documento colonial chileno de 1811 mencionaba en Iquique la existencia de una Aduana, encargada de controlar los embarques de minerales y de las primeras remesas de salitre.
Esta Aduana, que se había construido en 1788, consistía en una bodega donde se depositaban los productos que se traían en barcos desde Valparaíso. Chile abastecía al Perú de carne salada, tocino, grasa, cebo, charqui, fruta seca, cobre y aparejos para barcos. A comienzos del siglo XIX se depositaban los embarques de salitre para Chile.
Los salitreros de la zona instalaron en 1815 bodegas para almacenar mercancías, también construyeron improvisados muelles para los embarques de salitre al Callao. Se edifican las primeras habitaciones para los empleados fiscales encargados de los embarques.
Cuando la industria salitrera surgió casi al terminar la colonia, comenzó a progresar la caleta. Entre 1820 y 1830 se erigen nuevas casas mejor construidas algunas de ellas eran de extranjeros dueños de minas en Huantajaya y otras de los salitreros que vendían su producción a Europa.
En el lado de la costa, llamada la Puntilla, muy cercana al mar, peruanos y extranjeros construyen sus habitaciones, mientras la población mestiza se localizó en el Morro, aquí aumentaron las cocinerías para atender a los arrieros de la pampa cuyas tropas de mulas pasaban por el barrio para embarcar salitre. Los pescadores changos comenzaron a retirarse más al sur a la Península de Cavancha.
Un decreto del 9 de marzo de 1830 autorizaba que los embarques de salitre se hicieran por Iquique y unos días antes se había autorizado la exportación de los desmontes de Huantajaya. Estas disposiciones darían un nuevo aspecto a Iquique. Para el transporte del salitre y de los desmontes de Huantajaya hasta el costado de los barcos, se empleaban las balsas de cuero de lobos marinos, medio usado desde antiguo por los indios changos.
En 1830 comenzaron a construirse pequeños muelles en distintas caletas de Iquique. Comienzan a llegar trabajadores para ocuparse en el puerto. En la Puntilla y en el Morro se instalaron los primeros comerciantes; de esa manera la antigua comunidad de pescadores indígenas comenzó a tomar el aspecto de un pueblo animado por el comercio, todo debido a la exportación del salitre.
Barcos chilenos, ingleses y franceses arribaron a Iquique para cargar el salitre, y por la importancia que iba adquiriendo, el gobierno peruano lo declaró Puerto Mayor según decreto del 26 de junio de 1855.
La ciudad fue destruida por un terremoto el 13 de agosto de 1868, sismo que también afectó a las poblaciones de Moquegua, Arequipa, Tacna, Islay y Arica. Las consecuencias del terremoto fueron desastrosas para Iquique; en breves instantes se destruyeron las grandes edificaciones complementado con una salida de mar que afectó a gran parte de la ciudad arrasando con las máquinas condensadoras de agua, los depósitos de salitre y los muelles.
En 1875 un gran incendio quemó más de 20 manzanas y dos años después en 1877 otro sismo afecta a la ciudad.
Los trabajos emprendidos por particulares y por el Consejo Municipal para reconstruir la ciudad fueron obstaculizados y paralizados durante el primer año de guerra.
En 1879 se declaró la guerra entre Chile, Perú y Bolivia, a causa del salitre; a este conflicto bélico se le denominó Guerra del Pacífico. En el mes de noviembre de 1879 se produjo la batalla de Dolores, en la cual triunfó el ejército chileno. Como consecuencia la ciudad de Iquique fue abandonada por las autoridades peruanas poniendo la ciudad a disposición del cuerpo consular. Los cónsules de Alemania, Inglaterra e Italia, entregaron la ciudad a manos de los chilenos, que bloqueaban el puerto con los acorazados Cochrane y Covadonga.
El Comandante Juan José Latorre, el 23 de noviembre del mismo año toma posesión de la ciudad en forma pacífica. El día 25 de ese mismo mes el Capitán de Navío Patricio Lynch es nombrado Jefe Político de Tarapacá organizando la primera Municipalidad de Iquique, bajo bandera chilena. Esta Municipalidad estuvo integrada por nueve miembros, los cuales ocupaban cargos consulares y estaban además vinculados a las industrias de la región, algunas a la del salitre.
La Junta Municipal organizada por Lynch tuvo que tomar a su cargo la difícil tarea de restablecer los servicios públicos y establecimientos indispensables para la buena marcha de ellos.
La vida comercial y las comunicaciones se reanudaron y se estableció orden y regularidad en todos los servicios públicos.
Tarapacá, ocupada desde 1879, fue incorporada a nuestro territorio por el Tratado de Paz y Amistad suscrito con el Perú el 20 de Octubre de 1883 y junto a Antofagasta se constituyó en una fuente inagotable de recursos que permitió a nuestro país financiar hasta 1930 el 45% de su presupuesto. Podemos asegurar que ella, junto a las regiones que conforman el Norte de nuestro país posibilitó el desarrollo industrial y social de nuestro país.
Disminuye su importancia por efecto de la competencia del salitre sintético y por la depresión mundial de los años 30; vive los altibajos de la industria salitrera sin lograr recuperarse.
El año 1900 el salitre “sintético” tuvo una producción de 660.000 t. contra 1.272.000 t. del natural; 50 años más tarde el sintético alcanzaría una producción de 32.000.000 t. contra sólo 1.500.000 t. del nuestro.
La historia del salitre es parte de Tarapacá, es parte de la epopeya del hombre por conquistar todas las regiones del planeta y, para Chile, es su primera gran relación con la economía mundial incorporándose a las luchas por hacer la vida más digna. Este pasado salitrero, en el cual se ha fundido la sangre de todos los continentes, pasó a formar parte del sentimiento de la patria de hoy.
Iquique crece, rectifica su trazado colonial y logra, hacia 1915, su mayor esplendor salitrero. Se construyen las avenidas del futuro y se consolida su estructura urbana para la actividad comercial y social.
En la mitad del siglo XX Iquique languidece hasta que, con el desarrollo de la actividad pesquera en los 60 luego con el comercio internacional de Zona Franca en los 70 y finalmente con la minería del cobre en los 90, se reafirma como una ciudad en el desierto más árido del mundo.